La diferencia entre una venta simple y una venta compleja
En el mundo bancario, no todas las ventas son iguales
¿Qué es una venta simple?
Las ventas simples son esas que pasan casi sin darnos cuenta: rápidas, directas y sin mucha conversación.
- Es inmediata
- El cliente no busca asesoría
- No requiere análisis
- La decisión depende del precio o de una urgencia
Ejemplos de ventas simples
- Pagar un servicio
- Solicitar un estado de cuenta físico
Características de una venta simple:
- Es inmediata
- No requiere análisis
- El cliente no busca asesoría
- La decisión depende del precio o de una urgencia
¿Y qué es una venta compleja?
Aquí la cosa cambia completamente. Las ventas complejas necesitan análisis, preguntas y acompañamiento. No es "qué quiere el cliente", sino "qué necesita realmente".
Una venta compleja implica:
1. Tomarse el tiempo para conversar
2. Entender la realidad del cliente
3. Comparar opciones
5. Hacer seguimiento después de la venta
No se vende un producto. Se vende una solución.
Ejemplos de ventas complejas
- Diseñar un paquete de productos a medida
Aquí el asesor debe convertirse casi en un "consultor": alguien que guía, orienta y genera confianza.
Algo que nos quedó clarísimo es que en la banca muchos productos encajan en una venta compleja. ¿Por qué? Porque los productos financieros afectan el futuro del cliente: sus ahorros, su deuda, su tranquilidad.
La parte clave no es memorizar productos, sino aprender a escuchar, analizar y acompañar. El manejo de objeciones, la empatía y la comunicación clara son habilidades que sí o sí vamos a usar en nuestra vida profesional.
Leyendo el capítulo 3 del libro El poder de la excelencia comercial, encontramos un tema que realmente nos hizo clic: la diferencia entre una venta simple y una venta compleja. Y cuando lo llevamos al mundo bancario, la verdad es que todo tiene mucho más sentido.
En este blog quisimos contar, qué aprendimos y cómo esto se conecta con el trabajo de un asesor comercial.
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